Solemos pensar, influenciados por los grandes medios de comunicación, que la crisis actual es un problema reciente. A lo largo de la historia se han producido numerosas situaciones que han tenido los mismos objetivos que persigue esta crisis, tanto dentro como fuera de España. Nos centraremos en las que han tenido lugar en Latinoamérica porque están perfectamente documentadas y la mayoría son muy recientes. Acercándonos a esa Latinoamérica conoceremos mejor nuestra situación. Comenzamos por un ejemplo algo lejano pero muy ilustrativo: en el siglo XIX Paraguay se encontraba a la vanguardia de América Latina y padeció una terrible guerra que le impidió seguir con sus políticas proteccionistas y de servicios públicos (Galeano, 1971). Hoy se sabe que esta guerra estaba promovida por el Reino Unido, cuyas empresas tenían grandes intereses en la zona.
La forma de presentación del colonialismo ha cambiado a lo largo de los años, no obstante, sus consecuencias y objetivos son idénticos. Se pretende conseguir que la riqueza siga distribuida de forma desigual, cada vez los ricos son más ricos y los pobres más pobres. ¿Por qué? Porque es la única premisa que asegura en todos los casos que aquel que tiene mucho lo siga teniendo siempre. Ahora, quizás, veamos más claramente la similitud entre el Paraguay del XIX y la España del XXI. Los colonizadores eran antes países (primero el Reino Unido, después Estados Unidos, entre otros) que actuaban gracias a embajadores manipuladores y el ejército, sin embargo ahora son los grandes grupos financieros y de inversión los que condicionan a los gobiernos a través de la economía.
Las políticas que hoy en día se implementan en España son fiel calco de las que Latinoamérica sufría hace unos lustros (Venezuela en 1989, Perú en 1992, Argentina en 2001, etc.). Todo se reduce a la invención de una excusa para implementar las políticas neoliberales. En España esa excusa fue la deuda de los bancos, empresas privadas que contrajeron miles de millones de euros de deuda durante el desarrollo de su actividad privada y que el Gobierno de España decidió convertir en deuda pública mediante sucesivos rescates a la banca. Una deuda pública que, a pesar de todo, hoy en día sólo supone el 25% de toda la deuda de España. No obstante, la cifra global que debe cada español asciende a la escandalosa cifra de 61.000 € (datos de: INE, 2011 y Banco de España, 2012). Evidentemente, esta ingente cantidad de dinero que recibieron, en su mayor parte, las empresas y administraciones españolas no es un regalo. Tiene una serie de condiciones. Una serie de condiciones duras para la población. Duras y neoliberales. Igual que en Latinoamérica, pero también, igual que en Grecia y Portugal.
Las medidas neoliberales pretenden perpetuar la ya citada premisa de que el rico es cada vez más rico y el pobre cada vez más pobre, eliminando aquellos parches (sanidad pública, educación pública, etc.) que las minimizaban. Probablemente en España no somos conscientes de la magnitud del problema al que nos enfrentamos por el simple hecho de padecerlo después de Latinoamérica, histórico campo de experimentación. Como veremos a continuación, el intento de aplicar estas medidas en algunos países fue un auténtico fiasco para los intereses neoliberales, porque el pueblo se reveló y gritó “basta” (Haití, Argentina, Ecuador…). Los neoliberales aprenden rápido y no sería lógico que volvieran a apretar la tuerca tan apresuradamente como en esos países. No pueden permitirse un Chávez o un Correa en Europa, ya se vio el miedo inculcado a los griegos ante la previsible victoria de Syriza. La privatización de la sanidad o la educación no será drástica. Las subidas de precios de los productos básicos será paulatina, al igual que lo será la disminución de los salarios. Por tanto es fundamental la formación para conocer cuál es el objetivo final de estas políticas y adónde nos llevan a medio y largo plazo si no ponemos remedio. La sociedad, generalmente, sólo se revela cuando los recortes son tremendamente graves y le impiden realizar sus actividades más primarias, pero le cuesta más si esos recortes se hacen paulatinamente. Aunque termine en el mismo nivel, no percibe el cambio porque nuestra memoria en este sentido es muy frágil. La losa que se nos viene encima es imponente, tal y como lo es nuestro enemigo, pero somos la inmensa mayoría y como han demostrado numerosos países de Latinoamérica es posible destruir ese modelo egoísta, excluyente y desigual que nos pretenden imponer.
El proceso no es sencillo, el pueblo venezolano, por citar un ejemplo, reaccionó ante esas medidas que le oprimían. Pero es un proceso largo y doloroso (véase el artículo sobre Venezuela), con muchos años de ostracismo, muchos muertos y mucho trabajo en la sombra. La violencia es la herramienta del capitalismo cuando el pueblo está formado y ya no le sirven los grandes medios de comunicación, ahí se quita la máscara y se muestra sin tapujos. Venezuela lo sufrió en su tristemente célebre Caracazo de 1989.
Pero no podemos ser pesimistas. Nunca se debe ser pesimista ante una situación cuando su solución está en nuestras manos. Las medidas neoliberales afectan a todo el pueblo y está en nosotros la posibilidad de revertir el proceso. La posibilidad de invertir el 43,2% del presupuesto del país en servicios sociales como ha destinado Venezuela en 2012 y multiplicar, en doce años, los docentes por cinco (de 65.000 a 350.000), (Ramonet, 2012). La posibilidad de reducir la deuda externa en un 90% como hizo Rafael Correa en Ecuador con unas magistrales maniobras financieras, o en un 75% como consiguió Argentina plantando cara al FMI. Se suele cumplir el famoso pretexto de: “si te debo 100 euros tengo yo un problema, pero si te debo 10.000 millones de euros el problema lo tienes tú”. O conseguir, como en Cuba, el país más equilibrado del planeta entre desarrollo y sostenibilidad (datos de New Scientist; Brahic, 2008). Algunas de estas medidas que hoy en día son palpables en América Latina tienen su origen en la cooperación de los pueblos, especialmente por medio del ALBA. Organismo integrador en el que prevalecen la lógica social, la solidaridad y la cooperación entre sus integrantes; un modelo totalmente opuesto al de la actual Unión Europea.
En definitiva, es posible lograr una mejor realidad en la que prevalezcan las personas por encima del dinero y avanzando a la vez en el desarrollo del país, Latinoamérica lo demuestra. Es un proceso difícil porque la maquinaría del sistema se encarga de construir barreras que no dejan ver el bosque. Es necesario trabajar duro y a largo plazo porque los resultados tardan en llegar y el enemigo es muy poderoso, tanto que la mayoría aun ni siquiera lo vislumbra. Pero, ¿qué hay más bonito que luchar por un mundo mejor sabiendo que se puede lograr?
Bibliografía:
Banco de España. 2012. Financiación de los sectores no financieros. Residentes en España. http://www.bde.es/webbde/es/estadis/infoest/e0805.pdf
Brahic, Catherine. 2008. ‘Humanity at risk’ from ecological debt. New Scientist, issue 2628. http://www.newscientist.com/article/mg19626284.300
Fuente Primaria Blog. 2012. La deuda privada baja 340 euros por habitante el mismo trimestre que la pública sube 600. http://fuenteprimaria.blogspot.com.es/2012/03/la-deuda-privada-se-ha-reducido-340.html
Galeano, Eduardo. 1971. Las venas abiertas de América Latina. Editorial: Catálogos. Montevideo (Uruguay).
Instituto Nacional de Estadística (INE). Dato del padrón a 1 enero de 2011. http://www.ine.es/jaxi/menu.do?type=pcaxis&path=%2Ft20%2Fe260%2Fa2011%2F&file=pcaxis&N=&L=0
Quispe Sihuas, Hiram. 2001. Balance del Neoliberalismo en el Perú. http://www.monografias.com/trabajos11/badelneo/badelneo.shtml#altern
Ramonet, Ignacio. 2012. ¿Por qué Chávez? http://blogs.publico.es/dominiopublico/5912/por-que-chavez/
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