Desde los meandros.

De todo un poco pero abreviando (no como los meandros).

Písalo, peace and love! 10 May 2011

Es la segunda vez que escucho esta anécdota por boca de Petón y siempre me ha maravillado. Ilusos ingleses, pensar que aquí alguien sabía inglés…

Petón lo narra perfectamente, así que poco más se puede agregar. Bueno, sí, que dos partidos después de que apareciera ese titular en la prensa inglesa alabando las bondades de la afición aragonesa fuimos campeones de Europa.

¡¡Aupa Zaragoza!!

 

Ya se sabe cómo forman a los árbitros. 26 marzo 2011

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Era inevitable que al final salieran a la luz las directrices que reciben los colegiados de Primera División para arbitrar:

Gracias a «Y en el fondo norte«, de Aragón Televisión.

 

7 años de la Copa de Montjuïc. 17 marzo 2011

Hoy se cumplen siete años de la victoria del Zaragoza sobre el Real Madrid en la Copa del Rey de 2004. La final disputada en el Estadi Olimpic de Montjuïc y en la que era total favorito el Madrid de los galácticos. En aquella época en la que parecían invencibles con su modelo de Zidanes y Pavones y que a partir de ese día no levantaron cabeza y hasta nuestros días pues poquico han dado de sí. Curiosidades del destino, lo que parecía imposible se cumplió con un gol de Galleti en la segunda parte de la prórroga y con 10 jugadores por la expulsión de Cani.

¡¡¡Aupa Zaragoza!!!

 

Oda al fútbol de los 90. 21 febrero 2011

Filed under: Cultura y arte,Deportes — Aznar @ 16:45
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La canción de un grupo gaditano tiene toda razón del mundo: «el fútbol desde entonces no es lo que era, ahora tiene el nombre de un banco la primera».
Hace ilusión, ya cuando ha pasado algo de tiempo escuchar esta canción y ver de nuevo los cromos de Nayim, Marcos Vales, Belsué, Aguado y compañía. Y el «Rafa no me jodas».

Ya, si alguien se ha puesto tontorrón con esto de recordar el pasado de los 80 y 90 también puede ver este vídeo que invitaba a subirse al metro en Madrid (en 1987):

Otro día seguiremos con los fruitis. 😀

 

Sentimiento zaragocista. 24 enero 2011

Quiero dejar constancia de estas palabras, el primer párrafo de una crónica sobre el partido de ayer entre el Zaragoza y el Deportivo de la Coruña que firma Leandro Piragini en el blog «Todos con el Real Zaragoza», porque me parece que reflejan perfectamente el sentimiento de todos los aficionados que mantienen el fútbol. No de aquellos que se van a lo fácil de «hacerse» (curiosa palabra para un sentimiento) del Madrid y el Barcelona:

Asistimos hoy a un lujo que nos podemos dar sólo los que saboreamos los triunfos del equipo al que somos aficionados, por el sentido vínculo emocional, afectivo, histórico que nos une con él. Esto es, por el hecho de ganar los encuentros como sea, y disfrutar con ello: “porque sí… porque lo ganamos y ya está… porque es lo que debíamos hacer… para salir de los puestos de descenso… porque…”.

Pase lo que pase siempre nos quedará París:

 

¡Viva Honduras! 22 junio 2010

Ayer me moría de ganas por colgar esto, pero no tuve ocasión. Así que lo hago hoy. Ya ha llovido desde que el Ministro de Defensa de España (es curioso la denominación de Defensa teniendo tropas en Afganistán, Irak, etc.), por entonces el señor Trillo, arengó a los soldados de El Salvador con un ¡Viva Honduras! por equivocación. No saber donde está uno es una pena, pero no saber en qué país te encuentras siendo Ministro no tiene perdón. Bueno en este país en donde prima más el fútbol y la fórmula sí que tuvo perdón, como tantos otros.

Por cierto, veo a la selección española como firme candidata al título del mundial, eso sí, estoy deseando que se vuelvan para casa cuanto antes y ahorrarnos un pastonazo en hoteles de lujo, aviones, sueldos y primas a una pandilla de multimillonarios.

 

15 años de la Recopa del Zaragoza. 10 May 2010

Hoy se cumplen quince años de aquel maravilloso 10 de mayo de 1995. Para algunos que por aquellas fechas solo contábamos con ocho primaveras es uno de los momentos más emotivos que se recordamos de la infancia. Y uno de los más fáciles de recordar puesto que hay cantidad de vídeos e imágenes que ayudan a ello.

No sé cuantas veces he podido ver la trayectoria de ese balón que tocó Nayim con su pierna derecha desde el centro del campo para que volara sobre París y agujereara la portería londinense del Arsenal provocando la explosión de todo Aragón. Lo he visto solo, con amigos, con familiares, con conocidos… lo he recomendado, lo he promocionado, me he enorgullecido de él, lo he adorado y en los últimos tiempos hasta lo añoro. Pero sí, es el Gol. Sin lugar a dudas lo es, tiene hasta calles, parques y plazas con su nombre de «Gol de Nayim». Ese día hizo que Zaragoza en particular y Aragón en general se levantaran con una sonrisa mayúscula y una alegría desbordada. Recuerdo ir a clase con bufandas y camisetas del Zaragoza y dejarlas todo el día entre las mesas mientras todos estábamos con una cara de pánfilos que no se nos tenía y es que ese día el nombre de Zaragoza abría portadas y noticiarios de todo el viejo continente. Luego hay quien dice que el Real Zaragoza no sirve de nada y que a la ciudad le iría mejor si no existiera… por favor, cuando sales al extranjero y dices que eres de Zaragoza lo primero que te dicen es «Real Zaragoza» y no «Expo 2008» o «Goya» o «Buñuel» o lo que sea… Es triste que sea así y que no se nos relacione con estos últimos pero lo que hay que hacer es potenciar estos últimos basándose en el que mejor funciona: Real Zaragoza.

Ese 10 de mayo nos marcó a muchos. Aun recuerdo estar sentado en el pabellón Príncipe Felipe junto a mi padre y con 12.000 zaragozanos más en el momento que Nayim tocó la bola… y, por supuesto, se me pone la piel de gallina al recordar el momento en el que la pelota entró en la portería de Seaman. Con mis ocho años pensaba entonces que se caía el pabellón. ¡Cómo retumbaba todo! ¡Qué felicidad! Eso hace zaragocistas de por vida. El conocer que un equipo salvado hacía nada en la promoción contra el Murcia gracias a un gran grupo humano y trabajador y a un entrenador joven con rasmia, inteligencia y tesón y sin olvidar al gran Alfonso Solans (el presidente) llegaron desde la raquítica promoción de descenso con el Murcia hasta la final de Europa en París contra el Arsenal y la ganaron con el nombre de Zaragoza ondeando a los cuatro vientos. Los que lo hemos vivido tenemos el deber de recodárselo a los nuevos aragoneses porque eso días volverán y son increíbles. Tienen que huir del inducido madridismo y barcelonismo que empieza a imperar entre los pequeños. ¿Pero qué les enseñan esos padres? ¿Qué es mejor seguir al poderoso, al que más fácil tiene ganar, al que más ayudas recibe, al que más ventaja tiene a conformarse? No, señores míos, hay que educar en la superación. Y no solo en eso, si no también en el sentimiento a nuestra tierra. Porque no me creo que los madridistas y culés de fuera de Madrid y Barcelona se alegren de igual manera cuando uno de esos equipos consigue un título. No, no cuela, lo que sienten los del Madrid y Barcelona de palo cuando ganan una liga a 300km de aquí y siendo ese «aficionado» de aquí no llega ni a la suela del zapato de lo que sentimos ese hermoso 10 de mayo con la Recopa de Europa. No cambio por nada ver esa plaza del Pilar a rebosar con toda Zaragoza en la calle y coreando el nombre de sus héroes.

No cambio mi Zaragoza por nada, y sé que volveremos. Volveremos a Europa, volveremos. 🙂


P.D. Quiero poner un comentario que sale en uno de esos vídeos de youtube: «Yo ese dia aun era del madrid, tenia 5 años, y no sabeis lo que me arrepiento, eso si lo vivi tan intensamente que en el minuto 120 mi equipo cambio y yo era del zaragoza. Ver a poyet llorar me hizo llorar… increible de verdad. Que recuerdos.»

¡Increíble!

 

Ser del Zaragoza, lo natural. 5 noviembre 2009

Magnífico y atrevido artículo que apareció en el Heraldo de Aragón el 20 de febrero de 2.008 y que, sin lugar a dudas, suscribo cada una de sus palabras, el autor José Luis Melero Rivas. ¡A partir del segundo párrafo es apasionante!

«EN el deporte lo natural ha sido siempre amar lo próximo, vibrar con lo que tenemos más cerca.No hace falta explicar por qué preferíamos que ganara Santana a que lo hiciera Rod Laver ni por qué ahora se celebran los triunfos de Alonso sobre los de Hamilton. En Aragón también nos ha pasado siempre lo mismo: todos nos alegrábamos un poco más del Wimbledon de Conchita Martínez que de los Roland Garros de Arantxa Sánchez Vicario, y antes de que Carlos Sala entrara el primero en los ciento diez metros vallas siempre deseábamos que el vencedor fuera Javier Moracho. Y no creo poder encontrar uno solo que prefiriera que fuera Muangsurin quien tumbara a nuestro Perico Fernández.

Con el fútbol ocurre igual: el Real Zaragoza es el equipo hegemónico de Aragón y casi todos pensamos que lo natural es que cualquier aragonés se alegre siempre de los triunfos de su equipo. Y si en lugar del Zaragoza fueran la Sociedad Deportiva Huesca, el Teruel, el Barbastro o el Endesa de Andorra nuestros equipos punteros, todos deberíamos estar con ellos para procurar que llevaran el nombre de Aragón lo más alto y lejos posible.

Pero esto, que parece tan evidente, no siempre es así. Hay aragoneses que, inexplicablemente, son del Madrid o del Barcelona. Y sin embargo no creo que haya muchos madrileños y catalanes que sean seguidores del Zaragoza. ¿Por qué lo que es natural allí, es decir ser aficionado de sus equipos, no es a la vez natural aquí? Solo puede haber una explicación: que hay quienes solo quierenestar conlos que ganan, con los ricos y los poderosos, con los que piensan que les van a garantizar la felicidad. Por eso son de esos equipos y no del Almería, del Recreativo de Huelva o del Sporting de Gijón.

Pero esta explicación, que podría valer para gentes nacidas en ciudades o comunidades que nunca o muy pocas veces han tenido equipos en la elite, lo que les ha llevado en muchos casos a convertirse en seguidores de los equipos poderosos de fuera de su territorio, no debería servir para los aragoneses, pues el Zaragoza
lleva jugando casi ininterrumpidamente en Primera desde los años cincuenta, ha ganado títulos nacionales e internacionales y es uno de los más clásicos e importantes equipos españoles. Pongamos solo un ejemplo para comprobarlo: un niño aragonés nacido en 1986 (año del primer título en la época post-magnífica) ha visto ganar seis títulos oficiales al Zaragoza, mientras que el Athletic de Bilbao no ha ganado ni un solo título en estos últimos veintidós años, el Atlético de Madrid solo cuatro, el Español, dos, y el Betis y la Real Sociedad solo uno. Únicamente el Madrid y el Barcelona han ganadomás títulos en este periodo.

Y pensemos que, frente a los nueve títulos oficiales del Zaragoza en toda su historia, el Celta, el Racing de Santander o el Osasuna, por citar equipos históricos que suelen ser habituales en Primera, no han ganado nunca ni un solo título. Ser pues del Zaragoza y pertenecer a la gran familia zaragocista, a diferencia de lo
que puede ocurrir con otros equipos, no significa sufrir con un equipo acostumbrado a perder, sino disfrutar con un equipo que nos ha dado muchas más alegrías que sinsabores.

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No hay pues explicación ni justificación alguna para que los aragoneses amantes del fútbol no sean del
Zaragoza. Estos, además, tienen un claro problema de ubicación: no sienten como los de aquí (que sería lo natural), pero nunca van a hacerlo como los de allí. ¿O es que los aragoneses seguidores del Barça van a emocionarse y vibrar igual que los catalanes cuando todo el Camp Nou grite «Visca el Barça, visca Catalunya», como si fueran de Vich o del Ampurdán? Los triunfos de los equipos, contrariamente a lo que piensan algunos pocos, contribuyen a difundir y promocionar las ciudades y los territorios, y un aragonés debería alegrarse siempre de que el Zaragoza estuviera en lo más alto, pues cuando nuestro equipo juega ante cincuenta o cien mil personas, mientras otros millones lo están viendo a su vez por televisión, se está hablando de Zaragoza y de Aragón y se está promocionando un territorio no precisamente sobrado de presencia en los medios.

Por eso me duele ver a padres aragoneses que visten a sus niños con las camisetas de esos otros equipos y que incluso los llevan con ellas a La Romareda, como ocurrió en algún caso el pasado sábado en el partido contra el Barcelona. Afortunadamente, la gran mayoría de los aragoneses seguimos disfrutando con las victorias de nuestro equipo, vestimos a nuestros hijos con sus colores y los educamos en el cariño natural al Real Zaragoza y en el respeto a los sentimientos que este representa, gestiona y canaliza.Y les enseñamos ya desde niños que, cuando gana el Zaragoza, gana Aragón y ganamos todos.»