Desde los meandros.

De todo un poco pero abreviando (no como los meandros).

Pic des Moines (2.349 m) / Pico de los Monjes. 7 enero 2013

La ascensión hasta el Pic des Moines, o en castellano Pico de los Monjes o en la lengua vernácula Pic deths Monches, se suele realizar desde Astún. En nuestro caso, hicimos la ruta clásica el sábado 5 de enero. El día fue magnífico, totalmente despejado y un reluciente sol, únicamente en las partes más altas había rachas de viento.

Dejamos el coche en el parking de abajo de la estación de Astún, estaba a petar. Y luego se quedó pequeño, teniendo que aparcar los coches en el margen de la carretera. Lo más curioso, y me arrepiento de no haberle echado una foto, fue el ver un «39» por esos lares. Evidentemente, ya no funcionaba de 39, pero sin dudas en tiempos ese autobús cubrió alguna ruta de Zaragoza, y el 39 solía llevar ese modelo de autobús. La tapicería y el número (121) aún eran los de TUZSA. Supusimos que cubría la distancia entre Jaca y Astún.

A lo que vamos, la excursión comienza con un repechico para alejarnos de Astún. Nacho empieza con los esquís y Hamid y Diana con las raquetas. Yo empiezo sin nada, no tengo ninguna gana de ponerme esos cacharros. Tras el primer repecho el terreno se hace algo más tendido y seguimos la huella sin dificultades por el barranco de l´Escalar hasta llegar al ibón homónimo. Está totalmente congelado y con buena capa de hielo y nieve, decidimos voldearlo por la izquierda (parte norte) y atacar la cima por ese lado. Es decir, sin pasar por el collado de los Monjes.

Ibón de l´Escalar completamente helado.

Ibón de l´Escalar completamente helado.

Vamos cuatro, pero nos separamos en dos para coger altura a partir del ibón. Las separación se produce en función del material: por un lado suben Hamid y Diana con las raquetas por una zona donde la nieve es algo más profunda. Yo, que llevo desde antes del ibón los krampones opto por subir menos vertical pero más expuesto por el tramo de la ladera con menos nieve. Por aquí vendrá también Nacho con sus esquís siguiendo mis huellas.

Los dos grupos con el Pic de Belonseiche al fondo.

Los dos grupos, por arriba Diana y Hamid, por abajo Nacho; con el Pic de Belonseiche al fondo.

Ganamos altura hasta llegar a L´Escalar y ya tenemos el Pic des Moines al alcance de la mano. Aunque aquí arriba sopla un viento fuerte proveniente de Francia, recogidos detrás del monte estamos a gusto y comemos unos dátiles y almendras. ¡Mientras Nacho está seis horas recogiendo la «piel de foca»! Piel de foca, es lo que le permite subir con esquís hasta ahí arriba, ya que solo deja deslizar hacia adelante pero no hacia atrás. Eso sí, se ganó el perdón con un exquisito té caliente que subió para acompañar los dátiles.

Llegada al puesto de avituallamiento en L´Escalar.

Llegada al puesto de avituallamiento en L´Escalar.

A partir de aquí se hace aconsejable el uso de los krampones para acceder al pico, en territorio, por ahora, francés. Eso sí, tal y como estaba la nieve no eran necesarios si se tenían botas con buena suela. No obstante, sólo emprendimos el último tramo de subida Nacho y yo que éramos los únicos con krampones.

Curiosa forma en la cresta (¿ola o águila?) y culico del Nacho.

Curiosa forma en la cresta (¿ola o águila?) y culico del Nacho.

La cresta, que no entraña ninguna dificultad y hay una huella muy buena, dejó una curiosa forma gracias al viento y a la nieve que ha dividido a quienes la han visto entre los que ven una ola, los que ven la cara de un águila y los que se imaginan las dos cosas. Llegar a la cima es pan comido, hay que echar las manos alguna vez pero es fácil, a pesar de ir combinando nieve y roca. Atestigua que llegamos la imagen inferior, tomada por una caspolina muy maja que también, damos fé, llegó a la cima con una guipuzcoana.

En la cima con el Midi d´Ossau al fondo.

En la cima con el Midi d´Ossau al fondo.

Las vistas desde la cima son asombrosas, se ve todo lo que se puede ver desde allí. Incluso, algo en lo que nunca había reparado, el final de la cordillera por el lado francés se veía con dificultad. La cordillera por su parte norte es más corta que por la sur (contando las sierras exteriores) y por lo tanto por el norte se veía la llanura de Aquitanía, en cambio el Valle del Ebro no dejaba señal alguna. La siguiente imagen es una pequeña muestra de los que se veía desde el pico, selecciona esta porque puedo nombrar los tres picos más altos, de izquierda a derecha: Infiernos, Garmo Negro y Argualas.

Infiernos, Garmo Negro y Argualas. Foto de Nacho.

Infiernos, Garmo Negro y Argualas. Foto de Nacho.

Si seguimos hacia la derecha (hacia el oeste) con la foto anterior, vemos los siguientes picos que aparecen en la siguiente foto: Anayet (el de más a la izquierda), el Vértice de Anayet (totalmente blanco), Punta Escarra (puntica al fondo), Pala de Ip (mazacote a la derecha de Escarra) y Collarada. Que son los que aparecen al fondo, estando Nacho en primer plano.

Anayet, Vértice de Anayet, Punta Escarra, Pala de Ip y Collarada; y Nacho en primer término. ¡Pedazo de foto!

Anayet, Vértice de Anayet, Punta Escarra, Pala de Ip y Collarada; y Nacho en primer término.

En esta última foto en la que aparece Nacho con tanto pico, se ven al fondo a dos personas (la caspolina y la guipuzcoana). Detrás del monte donde están ellas, nos estaban esperando Diana y Hamid. Ya llegamos. Al llegar, fotico de grupo, aprovechando que había personal por las inmediaciones.

Foto de grupo, cerca del Pico de los Monjes.

Foto de grupo, cerca del Pico de los Monjes.

Desde aquí descendemos hacia el collado de los Monjes, pretendemos bajar al aparcamiento por una de las pistas de Astún. Pero antes, aun debemos descender hasta el ibón. Evidentemente Nacho baja en un periquete con sus esquís, aunque es cierto que salió más tarde y no llegamos con mucha diferencia al lugar en el que íbamos a comer con una vista magnífica de todo el valle donde nace el Aragón y de la zona del Aspe. Y de cara al sol, que sienta de maravilla.

El Aspe y compañía, desde el lugar donde comimos (con zoom).

El Aspe y compañía, desde el lugar donde comimos (con zoom).

Después de la comida un placentero sendero (huella en la nieve, para ser más exactos) que nos acercaba a las pistas de Astún. Y de ahí, en cuanto cogimos una azul, bajamos al parking. Aquí Nacho sí que se adelantó bastante. Por si alguien se plantea si hacerlo con krampones, esquís o raquetas, voy a decir que me parece que las tres son correctas. Aunque es cierto, que si se quiere subir al pico los krampones son casi necesarios (al menos extremadamente recomendables, y el piolet también). Las raquetas al principio dieron algunos problemas pero luego, clavando bien la punta, se solucionó. Y con los krampones yo fui muy bien, salvo en algún punto que me hundía bastante, pero fueron escasos metros. Me inclinaría de nuevo por los krampones. Eso sí, había poca nieve.

Hamid y Diana antes de acceder a la pista azul de Astún.

Hamid y Diana antes de acceder a la pista azul de Astún.

¡A por otra!